War photographer es un gran reportaje en el que se recoge el trabajo, la forma de trabajar y la visión de Nachtwey acerca de su profesión y de las situaciones que fotografía.
James Nachtwey es uno de los fotógrafos especializados en conflictos más famosos. Su talento y su valentía, le han llevado a cubrir guerras y situaciones terribles por casi todos los países del mundo.
“...se mataban cara a cara. Simplemente no puedo entender cómo las personas nos podemos hacer eso los unos a los otros. Lo que puede inspirar tanto miedo y tanto odio está más allá de mi entendimiento…”
En el reportaje se intercalan fotos comentadas por Nachtwey, testimonios de sus compañeros de profesión y, lo más interesante, opiniones personales de Nachtwey acerca de las situaciones en las que trabaja y de las personas que fotografía. Son opiniones profundamente humanas y siempre parten de la más estricta humildad y el respeto. Algo que, personalmente me parece admirable y sorprendente, pues no suele ser algo normal en personas que se dedican a esto.

Durante el reportaje se puede ver cómo emplea más de una cámara. No sólo las convencionales, sino también un par de pequeñas cámaras ancladas a su cámara. Esto nos da varios puntos de vista y nos acerca mucho más a la realidad. Es lo que intenta Nachtwey, mostrarnos el mundo lo más real posible. Todo esto, el preparar todo tan milimetrado, es un reflejo de lo que aparenta ser este gran fotógrafo, un tipo pausado, elegante, reflexivo e inteligente.
Una de las cosas que más me llamó la atención es el gran respeto que en todo momento muestra por las personas que fotografía. Ya sean familias llorando a sus muertos, moribundos, soldados… Nachtwey se aproxima con el máximo respeto y educación, saluda y, simplemente, hace su trabajo pasando totalmente desapercibido.

Esas fotos nunca podrían haber llegado a hacerse sin haber sido aceptado por la gente que fotografío. Es simplemente imposible hacer momentos como esos sin la complicidad de la gente que fotografías, sin el hecho de haber sido bienvenido, aceptado y de que ellos quieran que yo esté allí”
No sé si decir que se trata de un ejemplo a seguir, porque sinceramente yo creo que no sería capaz de hacerlo, pero desde luego sí me parece una actitud a valorar y a adoptar en muchas situaciones para afrontar ciertas fotos en situaciones comprometedoras.
“Cada minuto que estaba allí, quería volar. De ningún modo quería ver aquello. Dos opciones, darme la vuelta y correr o aceptar la responsabilidad de estar allí con una cámara.”
Os recomiendo este gran reportaje ya que… no deja indiferente a nadie.
Tiene muy buena pinta el reportaje. Un poco durillo, eso sí, pero eso no quita que tenga tan buena pinta.
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